El campanario abstracto de hierros retorcidos actúa como invitación a la visita.
El interior con planta de hipérbola, diseñado por motivos acústicos y de separación de espacios, y las vidrieras de colores asi como el tragaluz cenital tras el altar crean una atmósfera única y envolvente, un lugar en el que solo existe luz y color.
Los parelepípedos de ladrillo, las paredes curvas y los cilindros de hormigon, entre los que se cuelan haces de luz desconciertan al visitante.
Es obra del arquitecto Miguel Fisac del año 1955, con vidrieras de Jose Mª de Labra y Adolf Winterlich, y escultura de Pablo serrano (cristo suspendido sobre el altar).
El dinamismo en la atmósfera viene marcado por la secuencia de colores, desde el azul de los cristales laterales al blanco vaporoso de los tubos metálicos. Tras el coro, la luz roja se mezcla de forma irreal.
Sin duda, un lugar que invita a la reflexión donde se siente un "movimiento casi material del ambiente"
Para más información:
-Miguel Fisac:Formas de Arquitectura y arte. n13.monografico
-Francisco Arques Soler:Aprendiendo de Fisac.Meditaciones en torno a un trozo de aire humanizado".
-Madrid arquitctura. Edit Munilla-Leria
-Guia arquitectura Coam.Tomo 3, Periferia.
-Madrid 1920-1980. Ramon Guerra de la Vega.
Fotos y texto: Álvaro Rey
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